ESCUELA DE FÚTBOL COLORADO VÁSQUEZ QUITO ECUADOR

La misión del entrenador-educador.

 Ganas de transmitir, ganas de compartir, ganas de dar, ganas de ocuparse de los demás. Esa es la misión del entrenador-educador: una vocación.

 El niño es el centro de interés del entrenador-educador, cuya misión principal y esencial es garantizar su desarrollo en diferentes ámbitos: deportivo, social, psicológico y educativo. El entrenador-educador es la persona que conoce el deporte y a los jugadores.
Aunque no lo sepa todo, ni siquiera en lo tocante a su especialidad, debe saber perfectamente lo que quiere transmitir. Las victorias y las derrotas no significan nada en comparación con lo que el fútbol puede transmitir en cuanto a valores humanos y sociales, que ayudarán a la formación del futuro ciudadano, así como a su integración en la sociedad. El fútbol puede ser una herramienta maravillosa para transmitir valores como el respeto, la solidaridad, la ayuda al prójimo, el compartir, etc.
La función pedagógica del entrenador-educador es crucial: transmitir conocimientos y valores. Para ello, es necesario conocer al niño, sus características y tener en cuenta su edad y sus capacidades. En definitiva, practicar una pedagogía basada en el apoyo y los logros.
El juego constituye la principal actividad del niño. Jugar representa una necesidad esencial, vital e innata en todos los chicos. Por tanto, el despertar y la iniciación del jugador de fútbol mediante el juego son los principales objetivos del fútbol base. 
El fútbol con pocos jugadores, en espacios reducidos, responde a estas dos preocupaciones. En espacios reducidos, mejor adaptados a sus capacidades fisiológicas, el aprendiz de futbolista tocará el balón más a menudo y, de esta forma, aprenderá a dominarlo y controlarlo mejor. Aprender jugando, esa es la misión confiada a los educadores de fútbol.
Jugando, el niño aprende mientras disfruta. Por tanto, el juego supone un medio extraordinario de desarrollo psicomotor que permite al niño superar sus temores, liberarse, tomar iniciativas, asumir riesgos e inventar. Se trata, sencillamente, de divertirse juntos jugando al fútbol y de compartir este momento.

Perfil del entrenador-educador de fútbol

El entrenador-educador, en su papel de formador, tiene por
vocación el despertar y la iniciación al fútbol para todos los
chicos o chicas que deseen descubrir las maravillas de este
deporte.
Para alcanzar los objetivos que impone este rol de formador,
el entrenador-educador de fútbol, en su “escuela de fútbol”,
tendrá por misión:
  • Acoger sin espíritu selectivo a todos los jugadores a partir de los 6 años de edad.
  • Transmitir desde la más temprana edad una educación deportiva sobre la base del respeto y el juego limpio.
  • Desarrollar una mentalidad basada en el placer de jugar y la voluntad de progresar. 

 Sin ser un gran experto, el entrenador-educador debe poseer determinados conocimientos básicos:

Conocimiento del niño:

  • Aspectos generales del desarrollo según la edad
  • La relación, el comportamiento, la comunicación y el lenguaje 

Capacidades pedagógicas de enseñanza y organización:

  • Los métodos de enseñanza
  • Organizar una sesión de fútbol
  • Organizar un torneo
  • Organizar un festival  

Conocimientos básicos del fútbol: 
  • Partidos reducidos
  • Partidos de fútbol/ejercicios
  • Fundamentos técnicos de fútbol

Objetivos del educador de fútbol

  • Disfrutar trabajando con niños.
  • Tener un perfecto conocimiento de los niños.
  • Ser un punto de referencia para ellos.
  • Ser exigente y tolerante a la vez.
  • Saber escuchar.
  • Comunicar continuamente.
  • Darles confianza y seguridad.
  • Desarrollar el espíritu de equipo.
  • Fomentar las iniciativas individuales y la asunción de riesgos.
  • Destacar “el espíritu del juego” por encima de los errores.
  • Practicar una pedagogía del apoyo.

Lo que debe evitar hacer

  • Gritar constantemente o ser agresivo.
  • Querer formarles o pedirles jugar como si se tratara de adultos.
  • Olvidar la motivación principal de los niños, que es jugar al fútbol.
  • Dar explicaciones demasiado largas.
  • Proponer objetivos técnicos ambiciosos para su edad.
  • Organizar ejercicios repetitivos.
  • Prolongar demasiado rato un mismo ejercicio.
  • Interrumpir el juego constantemente.
  • Criticar a un participante ante el resto del grupo.
  • Olvidarse de equilibrar los equipos.
  • Darle demasiada importancia al resultado.

Las cinco claves del éxito

La escuela de fútbol es un lugar donde los niños se sienten felices y valorados:

1. Sentirse seguro

Proteger a los niños de daños físicos y emocionales. Un niño que no se sienta seguro experimentará dificultades para sentirse contento y divertirse con las actividades.

2. Sentirse bienvenido

Acoger con los brazos abiertos a todos los niños, sea cual sea su edad, sexo, nivel técnico, físico, cultura o idioma. El fútbol es un medio en el que no debe existir discriminación alguna.

3. Sentirse “buen jugador”

Infundir confianza para que el niño se sienta capaz. Hay que animarle constantemente destacando lo bueno por encima de lo malo.

4. Sentirse como miembro de un grupo

Formar parte del grupo y tener la sensación de ser aceptado por el equipo son elementos fundamentales para los niños.

5. Sentirse importante

Los niños necesitan que se les reconozcan los éxitos. Por tanto, hay que animarles a ser creativos y expresivos.

Códigos de conducta

El entrenador-educador ejerce una gran influencia sobre niños que practican el fútbol base. Debido a que los educadores de fútbol pasan mucho tiempo con ellos, su propia conducta y comportamiento determinará, invariablemente, la actitud y la conducta de los niños. Por tanto, deben mostrar siempre una actitud positiva y ser un ejemplo para todos los participantes, tanto en su aspecto físico como en sus relaciones sociales y emocionales. Los niños no deben verlos únicamente como organizadores o técnicos de fútbol, sino también como guías, educadores y ejemplos a seguir. 

Código de los niños

  • Juega para divertirte y no solo para contentar a tus padres o profesores.
  • Diviértete, progresa y crece gracias al fútbol.
  • Descubre, aprende y respeta las reglas del juego y las reglas de convivencia en grupo.
  • Intégrate en el grupo y sé buen compañero.
  • Respeta a los adversarios.
  • Acepta las decisiones de los árbitros y de tus entrenadores-educadores.
  • Muestra espíritu deportivo en cualquier circunstancia.

Código de los padres

  • Recordar que los niños juegan a fútbol para divertirse, no para que se diviertan los padres.
  • Animar antes que forzar u obligar.
  • Animar a los niños a jugar siempre según las Reglas de Juego.
  • Nunca reprender a un niño por haber cometido un error técnico o haber perdido un partido.
  • Recordar que los niños aprenden mediante el ejemplo.
  • Animar a los dos equipos.
  • Felicitar a los dos equipos independientemente del resultado del partido.
  • Ayudar a eliminar la violencia física y verbal del fútbol.
  • Respetar las decisiones de los entrenadores-educadores y de los árbitros, así como enseñar a los niños a hacer lo mismo.
  • Apoyar, animar y ayudar a los voluntarios, a los entrenadores- educadores, a los organizadores y a los árbitros en su trabajo. Sin ellos, los niños no podrían jugar al fútbol.
  • Mostrar espíritu deportivo en cualquier circunstancia. 

Código de los árbitros

  • Comprender que arbitrar a niños y arbitrar a adultos son dos cosas diferentes.
  • Proteger a los participantes.
  • Centrarse en el espíritu del juego más que en los errores.
  • No intervenir de forma excesiva en el juego.
  • Dejar jugar.
  • Explicar las razones de las infracciones de las Reglas de Juego cometidas por los niños.
  • No dudar en darle la oportunidad a un participante de que vuelva a poner el balón en juego, explicándole su error.
  • No tolerar un lenguaje inapropiado.
  • Ser constante, objetivo y educado al señalar las infracciones de las Reglas de Juego.
  • Arbitrar de forma pedagógica, explicando todas las infracciones.
  • Conservar una actitud positiva y sonriente.
  • Mostrar espíritu deportivo en cualquier circunstancia.
  • Pedir a los niños que se den la mano antes y después de cada partido.

Voluntariado

Los voluntarios también deben conocer los principios del programa de fútbol base. Cuanto mejor conozcan los aspectos pedagógicos y de participación del proyecto, mejor podrán ayudar a los niños, los entrenadores-educadores y los padres.
El voluntariado es un aspecto fundamental del fútbol base y las asociaciones miembro deberían esforzarse por captar voluntarios que ayuden con los proyectos. Estos pueden ser padres, profesores o personajes destacados del entorno. Aunque no tengan atribuido un papel dentro de la estructura de la asociación miembro, su participación será crucial para el éxito del fútbol base del país. Algunos voluntarios querrán colaborar en funciones administrativas, mientras que otros preferirán otras tareas, como la organización de torneos y festivales, o simplemente colaborarán en el transporte de los niños.

Seguridad y prevención de accidentes

diez funciones importantes del entrenador-educador

1. Velar por un entorno seguro

Las instalaciones y el equipamiento deportivo deben ser seguros para los niños y el resto de participantes. Las condiciones atmosféricas desfavorables también deben tenerse en cuenta durante todas las actividades del fútbol base.

2. Instalaciones y material deportivos seguros y apropiados

Los códigos y las normas existentes para el equipamiento deben respetarse y todo el material y las instalaciones deben estar en buen estado y corresponder completamente a la categoría del jugador en cuestión (balones n.º 4, por ejemplo).

3. Actividades planificadas


Las lesiones pueden ser resultado de sesiones de fútbol mal planificadas. Las técnicas que revisten algún tipo de riesgo (juego de cabeza o técnicas defensivas, por ejemplo) se deberán enseñar de forma progresiva.

4. Seguimiento de los niños en caso de lesión o de incapacidad temporal

 Los participantes que sufran lesiones o una incapacidad temporal deben quedar exentos de los ejercicios potencialmente peligrosos para ellos.

5. Jugar en su categoría de edad

En una primera etapa e incluso en el caso de jóvenes talentos, es necesario distribuir a los participantes por niveles, no solo en función de la edad, sino también de la estatura, el peso o la madurez. La experiencia y el nivel de competencia también deberían considerarse.

6. Informar a los niños y a los padres de los riesgos inherentes al deporte

Los niños (o sus padres/tutores) solo pueden aceptar legalmente los riesgos inherentes al fútbol si los conocen, comprenden y asumen.

7. Actividades estrechamente vigiladas

Se requiere una supervisión apropiada para garantizar que el entorno es lo más seguro posible.

8. Conocimiento de primeros auxilios

Los entrenadores-educadores deben conocer los procedimientos básicos relativos a los primeros auxilios y mantenerlos al día. Durante las actividades organizadas, es indispensable garantizar la asistencia médica y evitar hacer nada que pueda agravar las lesiones.

9. Dictar reglas claras para las actividades y su desarrollo

Antes de cualquier actividad, deben redactarse y repartirse por escrito reglas claras sobre el funcionamiento de los ejercicios y la conducta que se espera de los niños.

10. Conocer la información básica sobre la salud de los participantes

 Los entrenadores-educadores deben disponer de los datos básicos sobre la salud de los niños y los riesgos que implican las actividades, con el objetivo de tomar las decisiones acertadas en caso de que se produzca un contratiempo durante una sesión.
Proteger a los niños es la misión esencial del entrenadoreducador, no solamente por el bien de los niños, sino también para que los padres se sientan tranquilos. Teniendo en cuenta la gran cantidad de niños y niñas que participan en las actividades de fútbol, su protección constituye una prioridad. Nadie puede estar sin supervisión. Aplicadas correctamente, las medidas para proteger a los niños no impedirán que estos se diviertan jugando.

 

 

 

 

 


 

 

 

 

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