ESCUELA DE FÚTBOL COLORADO VÁSQUEZ QUITO ECUADOR

domingo, 23 de agosto de 2015

Metabolismo anaeróbico.

Existen diversos canales de energía desde los sistemas de almacenamiento a los músculos, que por regla general se subdividen en dos: los que requieren de oxígeno (aeróbicos) y los que no necesitan de él (anaeróbicos). El objetivo final de esta operación es convertir la energía de los enlaces químicos de los macronutrientes como el adenosín trifosfato (ATP) en los músculos, la única forma junto con la fosfocreatina (CP) que posee el cuerpo humano de transformar energía en trabajo muscular. 8 no obstante existen otros canales que se activan rápidamente dependiendo de la demanda de trabajo a la que se someta al organismo.
Debido a que el almacenamiento de ATP en los músculos es muy limitado (preparado tan solo para proporcionar energía durante apenas unos minutos, el almacenamiento de ATP se agota y se renueva aproximadamente durante unas 5000 veces al día,
La otra vía que posee el organismo es el metabolismo de carbohidratos, a lo que se denomina glicólisis, que abastece a las células a través del torrente sanguíneo de glucógeno. La vía de la glicólisis es una cadena de reacciones que básicamente tiene como misión obtener ATP por fosforilación a nivel de sustrato mediante la hidrólisis de un compuesto de seis carbonos, la glucosa, produciéndose dos moléculas de 3-carbonos, denominadas piruvato. El piruvato tiene varios potenciales: puede ser oxidado en la propia célula que realizó la glucólisis o exportado a otras células musculares para su oxidación, o dirigido al hígado para ser transformado en glucosa de nuevo. La glicólisis es relativamente rápida si se compara con la respiración aeróbica. Proporciona una gran cantidad de energía durante los primeros minutos del ejercicio y durante actividades de baja intensidad prolongadas en el tiempo. Investigaciones realizadas sobre el ácido láctico hacen ver, que a pesar de ser restos de la glicólisis, estos participan también en la mejora oxidativa de los músculos vecinos actuando además como síntesis de nueva glucosa en el hígado.9 Los textos de bioquímica que explican los canales de la glucólisis mencionan siempre como el piruvato entra en el ciclo de los ácidos tricarboxílicos (conocido también como Ciclo de Krebs). A pesar de esto, algunos autores creen que la formación de ácido láctico durante el ejercicio es debido a una falta de oxígeno (anaerobiosis), el punto de vista prevaleciente indica que la producción del ácido sea iniciada cuando la velocidad de generación de glucólisis excede a la velocidad de la fosforilación oxidativa. Este punto de vista ha sido re-examinado a la luz de evidencias en el uso del ácido láctico en los orgánulos intracelulares.10 Durante el ejercicio prolongado, especialmente cuando las reservas de glucógeno son bajas, las contribuciones de aminoácidos al abastecimiento de energía puede llegar a exceder un 10%. Los carbohidratos se almacenan junto con un contenido de agua como glucógeno en el hígado y en los músculos. Estos dos almacenes de glucógeno poseen dos propósitos diferentes: el glucógeno del músculo inyecta combustible vía el ácido láctico.

Metabolismo energético.

Si no consideramos al cuerpo humano como un sistema, se puede ver que existe una cierta cantidad de mecanismos para almacenar energía en él. Estos mecanismos proporcionan al cuerpo libertad para demandar continuamente energía desde diferentes fuentes y poder mantener la homeostasis (equilibrio). Los macronutrientes (vistos desde una perspectiva de química alimentaria) existentes en los alimentos contienen su energía en los enlaces químicos que se ceden al cuerpo en las actividades metabólicas. Tras su digestión y absorción, la energía se almacena como enlaces químicos de fácil disponibilidad en los lípidos (es decir en la 'grasa') y en el glucógeno hepático. Esta energía de los enlaces químicos es almacenada y constituye la única fuente de energía que emplea el cuerpo humano durante la ejecución del deporte (o de una actividad en general). Bajo este aspecto el metabolismo del cuerpo humano actúa como un motor de combustión interna y emplea la energía almacenada (comida en el cuerpo o gasolina en el motor) de acuerdo con la demanda de trabajo requerida.
La energía metabólica se cuantifica en unidades de energía kilocalorías (kcal, 1000 calorías) o calorías (en mayúscula) y kilojulios (kJ, 1000 julios) o megajulios (MJ, 1000 kJ). La cantidad de O2 que consume una persona media sedentaria adulta es de 0.2 litros por minuto, lo que supone -a nivel energético- de 1 a 1,8 kcal/min o lo que es lo mismo de unas 1440 kcal/día hasta unas 2592 kcal/día y el entrenamiento y la competición deportiva puede hacer que se llegue a producir un incremento de 500 hasta 1000 kcal/h, dependiendo del ejercicio físico, la duración y la intensidad con la que se practique.5 Esta es la razón por la que debe haber una dieta específica para cada tipo de deportista. Un corredor de maratón consume aproximadamente entre 2500 y 3000 kcal.6 Dependiendo del tiempo que le lleve su ejecución se puede decir que consume 750 kcal/hora en un atleta amateur y casi 1500 kcal/hora en uno profesional (se realiza una sesión de maratón entre 2 y 2.5 horas), de la misma forma un ciclista que corre la Vuelta Ciclista a España puede llegar a consumir 6500 kcal/día, pudiendo llegar en las etapas de montaña a 9000 kcal/día.7 En tales circunstancias el ritmo de ingesta normal de alimentos sólidos es difícil y por esta razón se llega a reducir entre un 30% a un 50%, requiriendo además el uso de 'alimentos especiales' que proporcionen energía en intervalos de tiempo como pueden ser las barras energéticas u otro suplemento dietético en forma de snacks o bebidas deportivas, todos ellos de rápida liberación energética.

Nutrición deportiva.

La nutrición deportiva es una rama especializada de la nutrición humana aplicada a las personas que practican deportes intensos como pueden ser la halterofilia, el culturismo o fitness; aquellos que requieren esfuerzos prolongados en el tiempo lo que se denomina deportes de resistencia, como por ejemplo: corredores de maratón, ciclismo o triatlón.
Dependiendo de los objetivos finales del deporte realizado y de sus entrenamientos, la nutrición hace hincapié en unos u otros alimentos; por ejemplo, en el culturismo, son más importantes los alimentos protéicos que favorezcan la hipertrofia muscular (incremento de la masa muscular). En cambio en los deportes aeróbicos, como puede ser el ciclismo, son importantes aquellos alimentos que favorezcan el esfuerzo energético prolongado como la ingesta de alimento con glúcidos. Otro deporte que requiere de la nutrición deportiva es el Rugby, deporte de contacto y desgaste físico, aquel que juega al Rugby y tiene desgaste físico más de 3 veces a la semana debe tomar más de 3 litros de agua por día para tener ventajas en el deporte.
La nutrición deportiva cubre todos ciclos del deporte: el descanso, la fase activa y la de recuperación. Es cierto que el ejercicio aumenta las necesidades energéticas y nutricionales del cuerpo, una dieta deportiva puede variar desde 110 kJ/kg/día (26 kcal/kg/día) en una mujer que practica el fisicoculturismo y 157 kJ/kg/día (38 kcal/kg/día) en una mujer que hace gimnasia de alto nivel hasta un hombre de triatlón que consume 272 kJ/kg/día (65 kcal/kg/día) y 347 kJ/kg/día (83 kcal/kg/día) en un ciclista del Tour de France.
La nutrición es uno de los tres factores que marcan la práctica del deporte, los otros son los factores genéticos particulares del atleta y el tipo de entrenamiento realizado. Los alimentos que se incluyen en una dieta deportiva atienden a tres objetivos básicos: proporcionan energía, proporcionan material para el fortalecimiento y reparación de los tejidos, mantienen y regulan el metabolismo. No existe una dieta general para los deportistas, cada deporte tiene unas demandas especiales y una nutrición específica.
Ya en el año 1897 se realizó el primer Maratón de Boston y en él surgió la polémica acerca de los alimentos y procedimientos de ingesta de los mismos, ya en ese maratón se discutía acerca de la conveniencia de incluir ciertas cantidades de alcohol previas al ejercicio. En el año 1909 el sueco Fridtjof Nansen determinó la relevancia de los hidratos de carbono en la actividad física intensa. En el año 1911 Zuntz pudo determinar que las grasas corporales proporcionaban energía además de los hidratos de carbono en la actividad física. En 1939 debido a investigaciones realizadas por ciertos investigadores se pudo determinar que aquellas personas con dietas abundantes en hidratos de carbono mejoraban su resistencia. Uno de los grandes avances de la ciencia fue la utilización de las biopsias musculares en 1967, lo que ayudó a descubrir la importancia del glucógeno muscular. Max Rubner en el siglo XIX hizo numerosas contribuciones explicando procesos metabólicos en el organismo de los animales.1 En 1950 Kenneth H. Cooper creó un sistema denominado aerobics para mantener el peso corporal dentro de ciertos límites, publicando sus ideas en un libro titulado "Aerobics" (1968).
Los primeros estudios de la dieta deportiva se realizaron en los años 1920s para investigar la relación que existía en la resistencia al mantener a los deportistas en una dieta rica en carbohidratos, frente a otra rica en grasas.2 a lo largo de los años 1960s se realizaron diversos estudios acerca de la compensación de glucógeno.3 Todos estos estudios revelan que el adecuado empleo de macronutrientes en la nutrición deportiva mejora las prestaciones de los atletas, y viceversa: un uso no adecuado perjudica el rendimiento del ejercicio.
No obstante durante el periodo de mediados del siglo XX durante la Guerra Fría la Unión Soviética tuvo en secreto estudios nutricionales y dietéticos con el objetivo de lograr la "supremacía en el deporte" de sus atletas, hecho que revelaban en los sucesivos Juegos Olímpicos de aquella época. La nutrición deportiva se comenzó a analizar desde un punto de vista científico a finales del siglo XX, esta nueva mentalidad alcanzó su punto álgido en una reunión mantenida en las oficinas centrales del Comité Olímpico Internacional (Lausanne, Suiza) en marzo de 1991 donde se estableció un consenso sobre las investigaciones en el área de la nutrición deportiva.


¿Que es el futbol?

El futbol es esa pasión que tenemos en los genes
Es esa cosa rara, inexplicable que te hace sentir diversas sensaciones
El futbol es eso que conoces de niño y te hace feliz
Es ponerte a ver a tu equipo y meterte en la cancha aunque no estes jugando
El futbol son tus colores, o todos los colores juntos, mientras haya futbol para ver
El futbol es eso que tu viejo, tu abuelo quiso que conocieras, y dejaron en ti
La generación de un amor inmortal
El futbol es llorar, es felicidad, es esperar con ansias ese partido y gritar algún gol
Hasta quedar sin voz
El futbol es esperar a tu selección jugar el mundial, es el erizo de tu piel y un escalofrío
Que se disfruta al escuchar el himno nacional
El futbol es eso que hace que el mundo sea un poco distinto
Que tengamos algo para escapar de la rutina
El futbol es alegría, llantos, el futbol son esos colores
Que a ti te han heredado, y es los colores que tu has de heredar

QUERIDO PAPA:



Creo que este es el momento indicado para explicarte mi problema, estoy seguro que lo vas a comprender y que vas a tratar de ayudarme; mira papá, después del partido del sábado pasado, he llegado al límite, me preocupa mucho que la derrota que sufrimos no la haya sentido como mía y más aún, la victoria que obtuvimos el sábado anterior a éste, tampoco.

    Creo que esto se debe a que yo no soy “yo” en la cancha, sino el instrumento que ejecuta los actos y movimientos que tú y otros señores quieren que hagamos. No sé por qué están tan cerca de las bandas, incluso por qué permanecen junto a las porterías, no hago más que tocar el balón y caen sobre mí un sin número de gritos como: pásala!, tira!, condúcela!, estás solo!, a la olla!, párala!, contrólala!, dribla!, etc. y lo que a continuación hago es “todo” y naturalmente mal y así en todas y cada una de las jugadas, ya sean mías o de mis compañeros. Comprende papá; tus gritos, los de los otros señores, inclusive los de mi instructor, me confunden. Créeme papá, así es muy difícil jugar al Fútbol,  y a todo eso, súmale lo que yo quisiera hacer. ¿Verdad que es desesperante?
    Te pido papá me dejes jugar mis partidos, tú ya jugaste los tuyos, me lo has platicado y sé qué fuiste muy bueno pues tú todo lo haces bien (aunque mamá opine lo contrario), tú eres lo máximo, eres Superman, en mis sueños hasta vuelas!. Recuerdas cuando me llevaste a ver esa película?, pues en la noche soñé que volabas y me llevabas de la mano e íbamos viendo todo, me enseñabas nuestra casa, mi escuela, el club; los campos se veían muy bonitos!, el Estadio Atahualpa… Enorme!  Si papa, eres lo mejor y yo trato de ser como tú, camino como tú, hablo y me conduzco como lo haces tú, soy el reflejo de tu conducta.
    Hace poco veíamos en la tele un partido de fútbol, te enojaste porque un jugador profesional se hizo expulsar por reclamarle al Sr. árbitro y tú le llamaste “bandido” por no saberse comportar y dejar a su equipo incompleto, sin embargo ustedes reclaman al árbitro todas sus decisiones y hasta lo insultan, incluso un día vi a un señor con cara de monstruo corretear a un árbitro para pegarle.
    Me confunde tanto esto, que olvidándome de los consejos de mi instructor, también yo reclamo y en ocasiones hasta insulto al árbitro y no sé si esto sea o no parte del juego, estoy seguro que hago mal, creo que es una falta de educación deportiva o pasión que genera el futbol, pero mal entendida. Por todo esto, déjame aprender, me asusta saber que me puedan sancionar con un juego por repetir el vicio de los mayores, incluyendo a los de primera división, pero sobre todo…los tuyos.
    No crees papá que sería mejor que durante el trayecto de casa al Club los sábados, me indicaras lo que debo hacer en determinado momento. Tú sabes mucho de fútbol, dime todos tus secretos y recuerda que ante todo, tengo que seguir las indicaciones de mi instructor y después de regreso a casa, comentemos mis errores para irlos corrigiendo, ya que como tú sabes, estoy en una etapa de aprendizaje. Son tus palabras papá, eso me has dicho: “todo lo que hagas, hazlo bien”; déjame intentar jugar bien, no me quites mi creatividad, te aseguro que los problemas que se presenten durante el juego, los puedo resolver solo.
    Así sentiré mis victorias y seré responsable de mis derrotas. Yo te quiero y te necesito en la tribuna, oyendo de ti y mamá sus gritos de aliento como: vamos!, adelante!, mi hijo…rá-rá-rá! y terminando, quiero compartir con ustedes mis victorias y necesito su consuelo en mis derrotas. Este año, como tú me has enseñado, me he puesto una meta: llegar a ocupar un lugar dentro de la selección de mi categoría!. Ayúdame papá, no es mucho lo que pido, solamente… Déjame ser!.
TE  AMA:   TU HIJO.