ESCUELA DE FÚTBOL COLORADO VÁSQUEZ QUITO ECUADOR

martes, 22 de septiembre de 2015

ORGANIZACIÓN DEL JUEGO


Entramos en una materia muy delicada que responde al nombre de “táctica”, aunque esta denominación tan escueta no refleja la realidad de un gran problema, el más importante del fútbol. Para jugar bien se precisa buen estado físico, excelente manejo del balón y notable condición psicológica. Pero si el jugador no “entiende” el juego, no conoce su “lógica” y “lee” mal las situaciones del juego, ¿para qué le sirven su notable condición física, técnica y psicológica?
Como lo anterior quizá les confunda, añadiremos que si se entrena a base de correr y correr, ¿Cuándo los jugadores mejorarán su juego? ¿Cuándo ensayarán para ser un auténtico equipo? Como ejemplo diremos que si estos futbolistas quisieran aprender el inglés a base de “carrera continua” y clases de psicología, ningún éxito alcanzarían. ¡Ah!, dominar el juego del fútbol individual y, sobre todo, colectivamente, es muchísimo más difícil que hablar el idioma de Shakespeare.
Dividiremos esta materia en varios principios básicos:
• Ofensivos (en posesión del balón).
• Defensivos (sin balón)
• Organización del juego (sistema, táctica, etc.)
Dentro de los principios ofensivos (desdoblamientos, espacios libres, apoyos, “paredes”, etc.) el más importante es el desmarque, un compendio de todos ellos. Es una acción física, pero esencialmente, inteligente. Sin embargo técnicos y jugadores parecen desconocerlo. Por ello, éstos gastan muchas energías, sin fruto. Por ejemplo:
1. Cuando lo realizan a un lugar tan lejano del compañero que posee la pelota, que éste es incapaz de enviarla, por falta de potencia en el chut.
2. Cuando lo realizan a zonas inútiles, como puede ser incurrir en fuera de juego.
3. Desmarcarse correctamente pero a destiempo. Haciéndolo cuando el compañero está de espaldas, sin visión y sin posibilidad física de enviarle el esférico.
4. Desmarcándose sin estar “asequible”. Es decir, realizarlo cuando el balón no puede llegarle por un camino despejado (espacio Libre, “pasillo”, etc.) y tampoco existe posibilidad técnica de enviarle el balón por elevación.
5. Si tras su desmarque se sitúa en otra zona, ocupada por compañero y adversario, sin percatarse de que existen otros espacios libres.
6. Si se dirige, perseguido por su adversario, hacia la zona donde se encuentra totalmente desmarcado un compañero.
Ahora bien, de poco valen los desmarques buenos, si el poseedor de la pelota, no se percata de ellos, o no elige el pase más conveniente. Este jugador tendrá concentrada su atención en el juego - no en el balón-, para lograr un fútbol vertical. Su vigilancia u observación hará que, en el momento de iniciar su acción, reaccione con un comportamiento diferente ante una situación imprevista.
Por ello debe tener:
a) clara visión del terreno de juego (visión periférica), para observar todas las posiciones y carreras de compañeros y adversarios.
b) Decidir rápidamente la mejor de las posibilidades que se ofrezcan, jugando inmediatamente o temporizando la acción, para que el compañero llegue al lugar idóneo.
c) Aumentar el desmarque del compañero al que finalmente irá el balón, mediante una finta de pase en sentido opuesto, logrando así coger a contrapié a los adversarios.
d) entregar el balón en el momento justo y no cuando el compañero se ha situado en fuera de juego o está muy retrasado.
e) Desmarcarse tan pronto se ha cedido la pelota.
Una característica del fútbol actual es que los jugadores no deben desmarcarse aisladamente. Los desmarques deben ser generales y sincronizados. Los mejores pueden resultar baldíos si los compañeros no cooperan inteligentemente.
Por ejemplo, hoy no se concibe que un delantero centro se quede metido dentro, estático, sin salir en diagonal hacia las bandas. En el centro, marcado por dos contrarios, no podrá hacer mucho, pero lo peor es que tapona “la bombilla”, e impide que lleguen a ella sus compañeros en forma inesperada. Un delantero centro móvil, que posea improvisación y velocidad de desplazamiento en espacios reducidos, se hace incómodo para los defensas, les crea problemas y origina los huecos necesarios para él y sus camaradas.
Respecto al marcaje, hay algunos técnicos muy renombrados – e infinidad de otros mediocres-, que aseguran que es el antifútbol y que nadie lo debe emplear.
Estas ideas nos parecen increíbles, ya que el marcaje y el desmarcaje no pueden separarse, al estar íntimamente unidos. Marcamos con el fin de apoderarnos del esférico y atacar sirviéndonos del desmarque. Cuando el adversario tiene el balón hay que defenderse, luego hay que marcar. Si nos apoderamos del mismo, hay que atacar; entonces se utiliza el desmarque. Nunca olvidemos que se defiende para poder atacar (sólo existe un balón, luego los dos equipos no pueden hacerlo a la vez) y que cuando atacamos nos estamos defendiendo.
Dentro de los principios defensivos repliegue, cobertura, temporización, anticipación, entrada etc., el marcaje es el más valioso, ya que sin él los otros no serían posibles. No olvidemos que tiene un doble aspecto: individual y colectivo.
Además los equipos pueden hacerlo de diferentes maneras: “zonal”, “al hombre”, “combinado”, “mixto”, o con “pressing”.
Los investigadores del deporte en equipo, definen la organización del juego, de la misma manera, aunque con palabras diferentes: “la organización racional del juego, buscando superar al adversario”. Se divide en sistema de juego, táctica, plan de juego y estrategia
El sistema de juego es la colocación de los jugadores, para desarrollar mediante sus movimientos el plan de antemano definido. Tiene que ser constante e invariable, sin cambiarlo, aunque tampoco será eterno. Los sistemas pueden ser diferentes, pero tendrán características semejantes
Laureano Ruiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario