1. Juega limpio.
La victoria
pierde su valor si no se conquista de forma honesta y justa. Engañar es fácil,
pero no aporta nada. Para jugar limpio se necesita coraje y carácter. Esto
brinda una mayor satisfacción. El juego limpio tiene su recompensa, incluso si
se pierde el partido. Quien juega lealmente gana el respeto de los demás, quien
engaña, sólo el desprecio. Recuerda: es sólo un juego. Y los juegos no tienen
sentido si no se juega limpio.
2. Juega a ganar, pero acepta la derrota con dignidad.
Cualquier
partido tiene por finalidad la victoria. Nunca comiences a jugar con la
intención de perder.
Quien no
juega a ganar embauca al adversario, defrauda al espectador y se engaña a sí
mismo. Nunca te rindas ante adversarios fuertes, pero tampoco cedas ante los
débiles. Es un insulto para cualquier adversario jugar sin poner todo el empeño
en el partido. Juega a ganar hasta que suene el pitido final.
Nadie es
invencible. A veces se gana, a veces se pierde. Aprende a perder con una
sonrisa. No busques excusas. Las razones genuinas hablan por sí mismas.
Felicita de buena fe a los ganadores. No culpes al árbitro o a cualquier otra
persona. Proponte hacerlo mejor la próxima vez. La afición respeta más a los buenos
perdedores que a los malos ganadores.
3. Acata las Reglas de Juego.
Todos los
juegos necesitan reglas que los guíen. Sin reglas, reinaría el caos. Las reglas
del fútbol son sencillas y fáciles de aprender. Esfuérzate por entenderlas para
que comprendas mejor el juego. Así serás un mejor jugador. También es
importante entender el espíritu de las reglas. Las reglas fueron concebidas
para que el juego sea divertido cuando se juega y cuando se disfruta. Si acatas
las reglas, disfrutarás más del juego.
4. Respeta a los adversarios, a los compañeros, a los árbitros, a los oficiales y a los espectadores.
Fair play
significa respeto. El respeto forma parte del juego. Sin adversarios no hay
partido. Los rivales tienen los mismos derechos que tú tienes, incluido el
derecho a ser respetados Tus compañeros son tus colegas. Tú formas parte de un
equipo en el que todos los miembros son iguales. Los árbitros están en el campo
para mantener el orden y el juego limpio. Acepta siempre sus decisiones sin
alegar y ayúdalos a que el partido pueda disfrutarse aún más. Los oficiales de
ambos equipos también forman parte del juego y por tanto hay que respetarlos.
Los espectadores crean el ambiente. Ellos desean ver un partido en el que se
juegue limpio, pero también deben comportarse deportivamente.
5. Promueve los intereses del fútbol.
El fútbol es
el deporte universal por excelencia. No obstante, necesita de tu ayuda para
seguir siendo el número uno. Pon en primer plano los intereses futbolísticos.
Reflexiona si tus acciones pueden afectar la imagen de nuestro deporte. Difunde
los aspectos positivos del fútbol, anima a los demás a participar limpiamente
en todos los aspectos del juego, ayúdales a disfrutar tanto como tú lo haces.
Conviértete
en un embajador del juego.
6. Honra a quienes defienden la buena reputación del fútbol.
La buena
reputación del fútbol ha sobrevivido porque la mayoría de las personas que lo
quieren es honesta y justa. A veces alguien hace algo excepcional digno de
nuestro reconocimiento, a esta persona deberá honrársele y hacer público su
buen ejemplo para alentar a otros a actuar de igual manera. Promueve la buena
imagen del fútbol dando a conocer sus mejores acciones.
7. Rechaza la corrupción, las drogas, el racismo, la violencia, las apuestas y otros males que representan una amenaza para nuestro deporte.
La enorme
popularidad del fútbol lo convierte en presa fácil de los intereses ajenos al
juego. Mantente alerta y rechaza las tentaciones de utilizar drogas o engañar a
los demás. Las drogas no tienen cabida en el fútbol, ni en ningún otro deporte,
ni en nuestra sociedad. Rechaza las drogas. Ayuda a eliminar el racismo y la
intolerancia en el fútbol. Trata a todos los jugadores y a toda persona con
equidad, sin hacer distinciones de color, raza u origen. No toleres de ninguna
manera las apuestas en los partidos en que tú participes. Esto afecta
negativamente tu habilidad y crea un conflicto de intereses.
Demuestra
que el fútbol y su afición no desean ser víctimas de la violencia. El fútbol es
un deporte y el deporte es símbolo de la paz.
8. Ayuda a otros a no ceder ante instigaciones de corrupción.
Si ves que
se insta a compañeros o a otras personas a engañar de alguna manera, ofrece tu
ayuda. No dudes en ningún momento en brindar apoyo y fuerza para resistir.
Recuérdales el compromiso con sus compañeros y con la buena imagen del fútbol.
Forma un
bloque solidario, como una buena defensa sobre el terreno de juego.
9. Denuncia a quienes intentan desacreditar nuestro deporte.
Si estás
seguro de que alguien fomenta el engaño, no dudes en denunciarlo. Es preferible
mostrar al mundo su verdadera cara y expulsarlo del juego antes de que haga más
daño. A menudo es necesario más valor para denunciar lo erróneo que continuar
con un plan deshonesto. Se admirará tu honestidad, pero no tu complicidad. No
basta con negarse. Denuncia a los culpables antes de que logren convencer a
alguien.
10. Utiliza el fútbol para mejorar el mundo.
La fuerza
del fútbol es grandiosa y puede utilizarse para mejorar el mundo y convertirlo
en un lugar donde todos puedan vivir dignamente. Usa esta poderosa plataforma
para promover la paz, la igualdad, la salud y la educación para todos. Mejora
el juego y entrégalo al mundo. Así crearás un mundo mejor.
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