ESCUELA DE FÚTBOL COLORADO VÁSQUEZ QUITO ECUADOR

sábado, 24 de octubre de 2015

ENTRENAMIENTO Y EL SOBREENTRENAMIENTO

El entrenamiento deportivo busca la mejora del rendimiento deportivo en una forma que no es el mero reflejo de unos factores puntuales. De este modo, el papel del entrenador es “dirigir un proceso que se traduce en la minimización de la impredecibilidad del rendimiento”. Este papel describe todo aquello del entrenador de alta competición, cuyo contexto es esencial para (1) su estabilidad y continuidad durante un amplio periodo de tiempo, (2) el compromiso con un objetivo, (2) la participación frecuente y regular del deportista, (3) la progresión planificada en las cargas de trabajo, y (4) el control de las numerosas variables que influyen en el rendimiento. El nivel de compromiso y demandas de entrenamiento de tales circunstancias determinan el potencial para que un estado determinado de rendimiento se desarrolle.
Los entrenadores tienen la responsabilidad, especialmente con deportistas de elite y de alto nivel, de implementar un proceso de entrenamiento que sea coherentemente y adecuadamente planificado y monitorizado, y en el cual esté siempre presente la mejora y el bienestar del deportista mediante una cuidadosa regulación de los factores de la carga de entrenamiento. Este capítulo sugiere que el sobreentrenamiento puede ser conceptualizado y entenderse mejor como el resultado de un proceso y está influido en gran medida por la calidad de la dirección del entrenamiento (efectividad del entrenamiento), que también constituye un proceso en sí mismo.
La mayor parte de los principios que se discuten aquí son aplicables a cualquier deporte y a cualquier nivel de rendimiento deportivo.

El proceso de entrenamiento

Es poco probable que la practica de entrenamiento se cubra adecuadamente si solo se considera la monitorización de los factores causales que se producen en un estado determinado de rendimiento deportivo e ignoran la complejidad e interdependencia de los elementos del proceso.
Una descripción conceptual más completa del proceso de entrenamiento ha sido ofertada por Lyle (1996), donde los conceptos claves del proceso se identifican como:
Una base de información
El conocimiento y las destrezas del entrenador
Las capacidades del deportista
El análisis del rendimiento
Los mecanismos que regulan el proceso
La progresión sistematizada
La forma de operar los mecanismos para regular el proceso
La determinación de objetivos
La planificación
El programa de preparación
El programa de competición
La individualización
Algunos de estos conceptos claves son obviamente pertinentes al entrenamiento per se.
Pero existen sub-procesos genéricos sin los cuales el proceso de entrenamiento y la practica de entrenamiento llegarían a ser menos sistemáticos y menos controlados. Una interpretación contextual de estos conceptos claves nos indican que la gestión del rendimiento depende de la capacidad del entrenador para asegurar que la progresión sistematizada se logre según la forma de operar los mecanismos para regular el proceso.
Los mecanismos dependen de la información disponible, la planificación y la monitorización.
Lamentablemente, esto queda bastante lejos del proceso actual de la practica de entrenamiento, ya que son muchos los entrenadores que no operan de forma sistematizada (Lyle, 1992), ignoran la planificación y la regulación, y parecen trabajar más con tomas de decisiones intuitivas a corto plazo.

El sobreentrenamiento

El sobreentrenamiento es un proceso que se origina cuando se produce una gestión inadecuada de los agentes estresantes sobre el deportista. Los factores físicos, psicológicos y emocionales que intervienen en este estado de sobreentrenamiento contribuyen a la disminución crónica del rendimiento deportivo.

Interdependencia del sobreentrenamiento y la gestión del proceso de entrenamiento.

Para asegurar la mejora en el rendimiento del deportista es necesario introducir cargas de entrenamiento elevadas. Cuando el periodo de tiempo entre estas cargas de entrenamiento (incluidas también las competiciones) es insuficiente para la recuperación y el descanso, sus efectos acumulativos pueden llevar a una disminución del estado de adaptación al entrenamiento del deportista y, en consecuencia, al sobreentrenamiento. La frecuencia , la duración y la intensidad de entrenamiento implicadas en este proceso son también características de los elementos esenciales del proceso de entrenamiento para la mejora del rendimiento. Según cómo este proceso sea gestionado por el entrenador a través de la planificación, la monitorización y la regulación, podrá disponerse de un apoyo directo, más o menos efectivo, sobre el estado de entrenamiento del deportista.
El síndrome de sobreentrenamiento, como mecanismo causal, es la fase final en un proceso que proviene de un sobreesfuerzo (a veces referido como “sobreentrenamiento local”) y una sobrecarga (desequilibrio a corto plazo entre stress y adaptación, también denominado “sobreentrenamiento a corto plazo” o “overreaching”). El término “síndrome” connota, en si mismo, una agrupación característica de factores en los que una serie de acontecimientos que se suceden de forma continua, acumulativa y, posiblemente, predecibles, conducen a unas respuestas características. En base a ello, centraremos nuestra argumentación en los siguientes aspectos:
1. El sobreentrenamiento resulta frecuentemente de una implementación inapropiada del proceso de entrenamiento.
2. El sobreentrenamiento puede prevenirse mediante la implementación efectiva de una planificación adecuada, un seguimiento efectivo y continuo y una cuidadosa regulación de los factores de la carga de entrenamiento.
3. Con el fin de evitar el sobreentrenamiento en el nivel de alto rendimiento, es fundamental poner atención en los objetivos de rendimiento, los principios de la teoría del entrenamiento y los programas de entrenamiento individualizados.
4. El entrenamiento improvisado, mal gestionado, no aporta la información continuada que se necesita para detectar las señales de alarma que conducen al sobreentrenamiento lo más pronto posible.
5. Una forma de aportar recursos para conocer mejor las influencias potenc iales sobre el estado de adaptación al entrenamiento del deportista es poner la atención sobre el amplio espectro de variables que acompañan al proceso de entrenamiento, y no solo en lo que supone una perspectiva restringida, basada exclusivamente en el programa de acondicionamiento físico.
El elemento definidor del proceso de entrenamiento está en la facultad de controlar las variables que influyen en el rendimiento deportivo. Si se demuestra que el sobreentrenamiento se produce por la mala gestión de alguna de estas variables, es lógico pensar que una poderosa medida preventiva para reducir la incidencia del sobreentrenamiento debe ser la preocupación sobre una buena práctica del entrenamiento, centrada en todas las partes que constituyen el proceso de entrenamiento.

Concepto y tipos de sobreentrenamiento

 Lehman et al. (2000) definen el estado de sobreentrenamiento como una discrepancia entre stress > recuperación. Desde el punto de vista del entrenamiento, se entiende como una disminución del rendimiento debido a una inadecuada gestión de la carga de trabajo, la cual puede atribuirse a un exceso de volumen y/o intensidad y/o recuperación. Por tanto, la magnitud de la carga que se aplique en el entrenamiento es la que determinará la posibilidad de capacidad de rendimiento y, en consecuencia, los diferentes estados de sobreentrenamiento (figura 1.1).
Figura 1. 1.- Relación entre la carga de entrenamiento, sobreentrenamiento a corto y lago plazo, capacidad de rendimiento y supercompensación. Adaptado de Lehman et al. (2000)
La gestión de la carga de entrenamiento puede provocar un incremento de las posibilidades de rendimiento si esta es apropiada o, por el contrario, una disminución del mismo si es errónea (figura 1.2). Así pues, el entrenador debe tener siempre presente la adecuada gestión de entrenamiento que permita la supercompensación de forma regular.

Figura 1. 2.-Efectos de la gestión de la carga de entrenamiento sobre el rendimiento

Dado que el sobreentrenamiento es, sobretodo, un entrenamiento erróneo, la forma de combatirlo es a través de una actuación optima del entrenamiento que evite que se produzca este estado. Para que esto ocurra se debe poner la atención en los siguientes puntos:
planificación y construcción del entrenamiento, periodización adecuada; evitar la acumulación de la fatiga: proceso suficiente de recuperación después de una carga elevada, aplicación correcta de la alternancia entre carga y recuperación; evitar la monotonía y los estereotipos de entrenamiento (que junto con el punto
anterior exigen una correcta estructuración del microciclo y de la sesión de entrenamiento;
creación de un ambiente social e individual libre de conflictos; absoluta confianza en la colaboración entre el deportista, entrenador y médico deportivo

En definitiva, el entrenador necesita:

1. Saber que buscar.
2. Hacer una diagnosis temprana.
3. Tener datos suficientes para fines comparativos.
4. Tener un control suficiente de las variables de carga para tomar la acción preventiva y/o correctiva.
5. Tener un conocimiento amplio y el entendimiento suficiente del deportista para poder capaz de responder tanto a los bajones como a los despuntes de rendimientos y, de este modo, disponer de una mejor intuición para descubrir los errores.
Sin embargo, el proceso de entrenamiento debe contemplar todas las variables que influyen en el rendimiento, incluidas tanto el estilo de vida y las aspiraciones del deportista, cómo las relaciones interpersonales. La calidad de su interacción permite detectar, entre otras cosas, los factores emocionales y psicológicos que causan o producen el sobreentrenamiento. Así pues, es obvia la importancia de la contribución y las respuestas del deportista. Por ejemplo, Mackinnon y Hooper (1994) han sugerido
que una de las mejores formas para monitorizar el entrenamiento sería a través de los diarios de entrenamiento de los nadadores. 

El sistema de entrenamiento para prevenir el sobreentrenamiento

Es más importante prevenir el sobreentrenamiento que tratarlo (Crampton y Fox, 1987; Fry et al., 1991). Debido a que el sobreentrenamiento puede producirse por la prolongación en el tiempo de un volumen y/o intensidad excesivos, los entrenadores necesitan equilibrar los componentes del entrenamiento (volumen, intensidad y densidad) con el fin de promover una adaptación de entrenamiento optima y prevenir el sobreentrenamiento. Por tanto, es esencial una planificación cuidadosa, estimándose las cargas de entrenamiento para cada uno de los deportistas (incluso a pesar de las dificultades del entrenamiento individualizado en los deportes de equipo), y los periodos de regeneración adecuados para evitar la fatiga excesiva.
Los entrenadores han adoptado diversas técnicas para aportar un equilibrio adecuado al entrenamiento. Probablemente las más conocidas y más ampliamente utilizados son la periodización (Bompa, 1987; Fry et al., 1991, 1992a, 1992b, 1992c) y el entrenamiento cíclico. Fry et al (1991:55), citando la influencia de Bompa, (1983, 1987) y de Harre (1987), definieron la periodización en los siguientes términos: “ Diversos tipos de entrenamiento que son enfatizados en las fases apropiadas del año de entrenamiento y en la carrera del deportista, en base a que el desarrollo de algunas capacidades son prerrequisitos para el desarrollo de otras y que las funciones neuromusculares, cardiorespiratorias, anatómicas, bioquímicas, fisiológicas, psicológicas y otras se logran progresivamente durante un periodo largo de tiempo”.
La periodización conduce, por tanto, a la modificación del entrenamiento dentro de unas pautas bien establecidas y basadas en la evaluación continuada del progreso en el entrenamiento Como Fry et al (1991:57) señala: “ Facilita una estructura para incorporar periodos de elevados entrenamientos y regeneración en una proporción y volumen adecuados en el programa de entrenamiento”
Normalmente, la periodización involucra la división de 52 semanas del año de entrenamiento distribuidas en 1 a 5 ciclos competitivos denominados macrociclos (figura 1.3). La estructuración de estos macrociclos en unidades de planificación más pequeñas (periodos, fases, mesociclos, microciclos) dependen de los modelos de planificación utilizados (Navarro, 1999; 1998 ; 1997; 1994; Navarro et al., 1994).


Figura 1. 3.- Estructuras de la planificación
La unidad estructural que tiene como fin la supercondensación se denomina mesociclo.
Para ello se intenta alcanzar el estado de sobreentrenamiento a corto plazo mediante cargas elevadas de forma creciente (Figura 1.4a) o decreciente (Figura 1.4b) durante una a tres semanas, seguidas de un periodo de regeneración que duran de una a dos semanas.

Figura 1. 4.- Organización de la carga en los mesociclos par a el logro de la supercompensación
El entrenamiento cíclico, aunque de algún modo es similar a la periodización, usualmente se refiere a la variedad de diferentes patrones cíclicos en el nivel del microciclo. De este modo, los patrones como días fuertes-días fáciles, 2 sesiones fuertes- una fácil, etc. Pueden ser utilizadas para evitar el stress excesivo y su
consecuente adaptación fallida (Madrigal, 1985; Navarro, 1990).
No obstante, es importante notar que el volumen y la intensidad de entrenamiento no son los únicos tipos de stress que contribuyen a la posibilidad de sobreentrenamiento.
Como Rowbottom et al. (1998:57) nos recuerdan, una combinación de estresores externos (ambientales, ocupacionales, educacionales o sociales) tienen la propensión a añadir stress físico desde el entrenamiento y causar una adaptación fallida. Si se permite continuar con ellos, también existe un riesgo potencial de sobreentrenamiento. 

Resumen

El proceso de entrenamiento exige una interpretación contextual de conceptos claves que la gestión del rendimiento depende de la capacidad del entrenador para asegurar que la progresión sistematizada se logre según la forma de operar los mecanismos para regular el proceso. Los mecanismos dependen de la información disponible, la planificación y la monitorización. Por ello es un error trabajar con tomas de decisiones a corto plazo. Cuando se produce una gestión inadecuada del entrenamiento se producirá
una disminución del rendimiento, síndrome conocido como sobreentrenamiento a largo plazo.

Bibliografía citada

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