El movimiento en el ser
humano comienza desde el momento de la concepción, representa vida y acción
secuencial, ordenada a través de una serie de etapas, por las cuales, a partir
de ese momento, atraviesa el hombre.
El
primer medio de expresión es el movimiento fetal, alrededor del cuarto mes de
embarazo. Entre el séptimo y noveno mes, conforme el cerebro empieza a
activarse más, las piernas tienen frecuentes cambios de posición, así como los
brazos.
Todo ser humano normal nace con la facultad de moverse,
la cual variará en su crecimiento de acuerdo con las facilidades que le brinde
el ambiente. Por medio del movimiento el recién nacido se expresa, se pone en
contacto con el medio y en un estudio paulatino e interiorizado se conoce él y
conoce el mundo que lo rodea.
Durante los dos
primeros años de vida, el infante aprende la mayor cantidad de acciones
motrices con respecto a su vida posterior; su crecimiento físico tiene una muy definida influencia en su desarrollo motor. El tamaño de la cabeza, por
ejemplo, influirá el balance (equilibrio) del desarrollo de habilidades del
niño. El tamaño de la mano influirá el contacto con diferentes objetos y el
desarrollo de la fuerza influirá el impulso inicial de locomoción. En esta
etapa el niño descubre sus características motrices, su velocidad, fuerza,
resistencia, precisión, direccionalidad, adquiere evolutivamente conceptos de
tiempo y espacio, etc.; todas características que lo ayudan a conocerse a sí
mismo y su alrededor.El
niño gradualmente va de lo simple a lo complejo, y adquiere secuencias de
movimiento que en la edad adolescente y adulta le serán útiles para destrezas
deportivas.
La
ejecución correcta de los movimientos, conforme los va asimilando, contribuye a
un disfrute pleno, y a la capacidad para usar el tiempo libre en diferentes
juegos, creados por él mismo o dados por el adulto.
Según Gallahue (1982), la secuencia en la
progresión de los movimientos, es casi la misma en todos los niños: el ritmo
depende de los factores de herencia y ambiente, que involucran juegos y
experiencias de aprendizaje. Gallahue (1982), señala que la diferencia en la
ejecución de los movimientos entre los niños, se debe a las instrucciones
dadas, la motivación y las oportunidades de práctica. Las diferencias en el
movimiento se dan por una demostración incompleta, a un éxito inicial
incorrecto, a frustración al requerir un esfuerzo mayor, a oportunidades de
aprendizaje, inapropiadas o restringidas, y a una integración sensomotora
incompleta.
El autor mencionado considera que la condición física y
la motricidad infantil, deben ser preocupación de todos, para evitar la mala
condición física y el sedentarismo. Agrega que durante la niñez, nos deben
preocupar dos factores básicos de la condición física: la coordinación (habilidad de integrar sistemas
motrices separados) y el balance (habilidad para mantener el equilibrio del cuerpo cuando se coloca en
diferentes posiciones).
Ma.del Rocío Arce Villalobos
Ma. del Rocío Cordero Álvarez
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