La nutrición deportiva es una rama especializada de la nutrición humana
aplicada a las personas que practican deportes intensos como pueden ser
la halterofilia, el culturismo o fitness; aquellos que requieren
esfuerzos prolongados en el tiempo lo que se denomina deportes de
resistencia, como por ejemplo: corredores de maratón, ciclismo o
triatlón.
Dependiendo de los objetivos finales del deporte realizado y
de sus entrenamientos, la nutrición hace hincapié en unos u otros
alimentos; por ejemplo, en el culturismo, son más importantes los
alimentos protéicos que favorezcan la hipertrofia muscular (incremento
de la masa muscular). En cambio en los deportes aeróbicos, como puede
ser el ciclismo, son importantes aquellos alimentos que favorezcan el
esfuerzo energético prolongado como la ingesta de alimento con glúcidos.
Otro deporte que requiere de la nutrición deportiva es el Rugby,
deporte de contacto y desgaste físico, aquel que juega al Rugby y tiene
desgaste físico más de 3 veces a la semana debe tomar más de 3 litros de
agua por día para tener ventajas en el deporte.
La nutrición deportiva cubre todos ciclos del deporte: el descanso,
la fase activa y la de recuperación. Es cierto que el ejercicio aumenta
las necesidades energéticas y nutricionales del cuerpo, una dieta
deportiva puede variar desde 110 kJ/kg/día (26 kcal/kg/día) en una mujer
que practica el fisicoculturismo y 157 kJ/kg/día (38 kcal/kg/día) en
una mujer que hace gimnasia de alto nivel hasta un hombre de triatlón
que consume 272 kJ/kg/día (65 kcal/kg/día) y 347 kJ/kg/día (83
kcal/kg/día) en un ciclista del Tour de France.
La nutrición es uno de los tres factores que marcan la práctica del
deporte, los otros son los factores genéticos particulares del atleta y
el tipo de entrenamiento realizado. Los alimentos que se incluyen en una
dieta deportiva atienden a tres objetivos básicos: proporcionan
energía, proporcionan material para el fortalecimiento y reparación de
los tejidos, mantienen y regulan el metabolismo. No existe una dieta
general para los deportistas, cada deporte tiene unas demandas
especiales y una nutrición específica.
Ya en el año 1897
se realizó el primer Maratón de Boston y en él surgió la polémica
acerca de los alimentos y procedimientos de ingesta de los mismos, ya en
ese maratón se discutía acerca de la conveniencia de incluir ciertas
cantidades de alcohol previas al ejercicio. En el año 1909 el sueco Fridtjof Nansen determinó la relevancia de los hidratos de carbono en la actividad física intensa. En el año 1911
Zuntz pudo determinar que las grasas corporales proporcionaban energía
además de los hidratos de carbono en la actividad física. En 1939 debido
a investigaciones realizadas por ciertos investigadores se pudo
determinar que aquellas personas con dietas abundantes en hidratos de
carbono mejoraban su resistencia. Uno de los grandes avances de la
ciencia fue la utilización de las biopsias musculares en 1967, lo que
ayudó a descubrir la importancia del glucógeno muscular. Max Rubner en
el siglo XIX hizo numerosas contribuciones explicando procesos metabólicos en el organismo de los animales.1 En 1950 Kenneth H. Cooper creó un sistema denominado aerobics para mantener el peso corporal dentro de ciertos límites, publicando sus ideas en un libro titulado "Aerobics" (1968).
Los primeros estudios de la dieta deportiva se realizaron en los años 1920s
para investigar la relación que existía en la resistencia al mantener a
los deportistas en una dieta rica en carbohidratos, frente a otra rica
en grasas.2 a lo largo de los años 1960s se realizaron diversos estudios acerca de la compensación de glucógeno.3
Todos estos estudios revelan que el adecuado empleo de macronutrientes
en la nutrición deportiva mejora las prestaciones de los atletas, y
viceversa: un uso no adecuado perjudica el rendimiento del ejercicio.
No obstante durante el periodo de mediados del siglo XX durante la Guerra Fría la Unión Soviética
tuvo en secreto estudios nutricionales y dietéticos con el objetivo de
lograr la "supremacía en el deporte" de sus atletas, hecho que revelaban
en los sucesivos Juegos Olímpicos
de aquella época. La nutrición deportiva se comenzó a analizar desde un
punto de vista científico a finales del siglo XX, esta nueva mentalidad
alcanzó su punto álgido en una reunión mantenida en las oficinas
centrales del Comité Olímpico Internacional (Lausanne, Suiza) en marzo de 1991 donde se estableció un consenso sobre las investigaciones en el área de la nutrición deportiva.
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