ESCUELA DE FÚTBOL COLORADO VÁSQUEZ QUITO ECUADOR

lunes, 30 de diciembre de 2019

CUADERNO DEL PREPARADOR FÍSICO PATRICIO URZUA VALENZUELA

A comienzos de los años 1950, para tener un buen rendimiento en el fútbol era necesario ante todo ser un atleta, porque "el cuerpo debe estar en condiciones de producir el esfuerzo que permita al jugador apoderarse del balón y, de esta forma, ser el conductor del juego" (Baquet, 1957). Todo jugador joven debía seguir esta premisa. Las aptitudes básicas fundamentales eran la resistencia muscular (anaerobia), la resistencia orgánica (aerobica), la potencia de salto, la velocidad, la fuerza y la destreza. "La resistencia anaerobia y la resistencia aerobica permitirán mejorar la técnica a través del desarrollo fisiológico del corazón y los pulmones". Las cualidades como la potencia de salto o la velocidad se consideraban innatas. "La fuerza depende de la morfología, y la destreza es, tal vez, una cualidad perfectible", se afirmaba (Baquet, 1957). La sesión de preparación atlética seguía un método mayormente analítico y duraba alrededor de 45 minutos. Comenzaba con una fase de calentamiento que consistía en una carrera o marcha combinada con movimientos de los brazos, seguida de ejercicios de desarrollo muscular y flexibilidad que los jugadores efectuaban de a uno o de a dos, utilizando a veces un balón medicinal. DESCARGAR

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